viernes, 30 de noviembre de 2012

Cultura bajo la nieve




Ya sale León en el telediario. Ya vienen las nieves. ¿De qué otra forma podemos salir si no? Ni carteleras o estrenos de cine en nuestro Emperador andamiado, ni rodajes de producciones que lleguen a los cines de la Gran Vía chulapa, al menos. Sólo pasta y pasta para traer al ballet de Bielorrusia, ole ole y ole, que vienen desde lejos para deleite cazurrón. ¿Y el teatro? Ya la tuvimos hace un tiempo… ¿te acuerdas? Así va el teatro… 

¿Y qué hay de lo nuestro? La unidad de quemados se desentiende del Purple Weekend, de la promoción de eventos juveniles en su tan aclamado Espacio Vías… Olvidados quedan conciertos celtas, como los de antaño, y la música se queda en pequeños conciertillos, de entretenimiento de unos pocos, en pubs y baretos de los barrios Húmedo y Romántico, esos que apuestan, se reconvierten y luchan con nuevas estrategias para seguir abiertos un día más. Puras apuestas de empresarios que se traen a unos y otros para ganarse las copas y birras de cuatro pelagatos. No hay nadie que llene la Plaza de Toros, ni el circo, ni las motos al Freestyle. Eso se consigue sólo con tacos de queso y cortes de embutidos directos al gaznate del Imserso… 

Los arquitectos no tienen qué construir, les falta dinero para seguir levantando torres. Los escultores no hacen más que estatuas que manchan su entorno, que dejan un reguero tras de sí provocando la vergüenza de los vecinos. ¿Por qué usan ese material tan feo y frío? Y otros no se saben ni lo que son, ni quiénes, que se lo digan a Gaudí… o a quien esté sentado enfrente de Botines. ¿Y los pintores? No hay ni grafiteros de chándal y gorra. Sólo pintores de brocha gorda. Y a lo sumo, cuatro raros que exponen en el Musac. 

En León tiran las letras, y nos llenamos de presentaciones y firmas pomposas. De letras y poesía que no llega más allá de a los de siempre. Tickets y entradas para sentarse a degustar una buena crítica literaria, y pocas veladas en bares, que como en clubes, inviten a comentarios y diálogos sobre los libros, unos autores, unas letras... Una Feria anual de libros en la calle y otra de libros antiguos, y el último de noviembre, ninguna librería cazurra en el Movimiento Nacional del Día de las Librerías… 


Unos pocos aún siguen, cada viernes de Dolores, deleitando con poemas la noche leonesa. Faltan iniciativas que abran las puertas a escritores nóveles, a indecisos que no saben cómo firmar su primera edición. De enseñarles y abrirles las puertas de un mundo literario que tanto aclama León, como también lo desatiende. No hay casi oportunidades para esos que tienen entre sus manos, o en sus pinchos un documento, unas páginas, unos sueños que buscan lectores. Porque aquí el pincho se queda en tapa, y con rosca, hermética, la cultura bajo la nieve.

jueves, 29 de noviembre de 2012

La claridad... ¿qué es la claridad?




No entiendo el titular que habla de “la claridad de Castilla y León”, ni cuando dice que “obtiene mejores resultados en información sobre la Comunidad, las relaciones con los ciudadanos y la documentación económico-financiera”. 

Ahí justo ahí, cuando se entregan 11 o 12 millones a fondo perdido a ese engaño a los cazurros en tierras pucelanas de Renault. Cuando se dan tortazos por los parches que hicieron en el Hospital de León. Cuando la ULE anuncia que cerrará la Escuela de Minas y dará traslado a sus estudiantes a la Facultad de Ciencias del Trabajo, que a su vez catapulta a sus estudiantes a la de Derecho porque sobran sillas... cuando allí estudió ZP y debería ser aliciente, o quizás sea por eso… Cuando ya tenemos en León “la casa cerrada del Estudiante” y el Rector sigue recogiendo premios…

No entiendo por qué nos quedamos sin estación de Renfe, que teníamos una grande, aunque vieja, nos ponen un cubo a la espera de una mayor, y aun así nos dicen que ojo a la integración, que en León seguiremos entrando de culo y perdiendo tanto tiempo que no merecerá la pena pasar por aquí en largos trayectos, que mejor que no. O ese aeropuerto, el más grande de la Comunidad, al que ponen tantas trabas.

Quizás la transparencia sea porque se venden los restos del incendio de los montes del Teleno a bombo y platillo, o porque dos cajas de diferentes provincias se juntan perdiendo la Comunidad ambas entidades. Puede que sea porque el queso Valdeón lo llaman “castellano” en una (y no dos) tierras de sabor. A lo mejor es porque los niños ven en sus libros de Conocimiento del Medio que ya había trogloditas pintando la bandera de la Comunidad, o porque más adelante no encuentran las murallas leonesas entre las murallas romanas de la Autonomía. Quizás sea porque quieren hacer de Villalar una fiesta común, o cualquier día propondrán a Genarín como héroe pucelano; que esa “y” conjuntiva conduce al engaño, que no es “guión” como en la Mancha y que por no andar con rollos se canta el primer nombre y se olvida lo demás. No interesa, se borra, se pierde… se modifica poco a poco, desde abajo, en la escuela, porque así los próximos ciudadanos de Castilla dirán que aquello de León era cosa de sus abuelos.

Quizás por eso no entiendo lo que dicen. Quizás sea porque a mi me educaron de otro modo, o porque escuché a mis mayores hablar de una “tierra prometida”, de una cazurra “Utopía”. La Educación… ayyy siempre la Educación. Tan importante y tan masacrada… ¿A qué se refieren con la claridad? Porque hace tiempo que no existe.

Quizás el titular sea porque mis amigos tienen que irse a Madrid o a otros lugares y sí, es una realidad, y sí, nos informan de ello, porque no les llega el sueldo, porque están cansados de pasear por Ordoño con una carpeta bajo el brazo, repleta de currículums. Cada vez quedamos menos jóvenes, con lo que las relaciones son más cercanas, como en los pueblos, donde todos conocen a todos. En breve empezaremos a ponernos motes y a jugar la partida en los bares. ¡Saquen la silla a la puerta, señoras, que hoy es tarde de punto y cinquillo!

jueves, 22 de noviembre de 2012

Baja de la nube y date un paseo por la calle, Mariano


Publicado en www.diariodigitaldeleon.com el 21/11/12. Savia nueva, Óscar Ronda.

Alardeo de saber poco, pero aun sabiendo, menos entendería. Quizás viva mejor en la ignorancia del becario, como me dice mi compañero de trabajo, y quizás tenga toda la razón.

Ignorantes. Ignorantes debe ser lo que busca el Gobierno. Si no, no entiendo el por qué de tanta reducción en Educación y no en ayudas a Bancos. Si tienes dinero accedes a centros mejor preparados, cualificados y optas a esos másters de universo que dan paso a llevar esmoquin y codearte con los de arriba. Si no, siempre faltará algo. Todo eso a no ser que seas hijo de algún famoso o empresario adinerado, y automáticamente heredarás la tierra entera, sin saber nunca lo que se cuece en las calderas del Titanic.

Enfermos. Recortando los servicios y haciendo pagar ciertas medicinas. No está mal no, pero hay casos y casos. Aquellos que cotizan a la Seguridad Social y ahora comprueban que no les canjean su trabajo por las medicinas que bien pagaron se sienten defraudados, engañados y molestos. Los ricos tendrán acceso a clínicas privadas, con médicos especialistas y habitaciones individuales. Calidad de bienestar. Los demás, apilados en pasillos de Urgencias esperando más de seis horas en que te den el resultado de un maldito análisis de sangre para confirmarte que sí, que estás malo. Eso que ya sabías, por eso fuiste al matasanos…

Con un país en venta, a saber. Que a los pobrecillos que se juegan la vida cruzando en patera y saltando la valla de Melilla o Ceuta los miramos de reojo, esperando que los devuelvan a su país sin mayores miramientos. Que no tienen derechos. Que no son españoles. Ni medicinas ni ná. ¡Fuera! Que vienen a robar o a vender discos y bolsos. ¡Que no! ¡Que nos quitan el trabajo, y mira cómo estamos! Nada. A los ricos, en cambio, a esos que tienen dinero, que pueden comprar un piso caro, les abrimos las puertas, les damos la ciudadanía, les saludaremos por las calles... Les daremos sanidad, derechos, protección. Serán nuestros amigos, y así España será intercultural.

No digo que los anteriores fueran dioses y que todo lo hiciesen bien. Ni que los demás de la oposición llegados al punto de gobernar no hicieran estas cosas, pero Rajoy, Mariano Rajoy, vaya añito nos estás dando. Dicen por ahí que sólo quedan tres, pero vaya ritmo que te marcas. Sólo he hablado aquí de tres ejemplos. Educación, Sanidad e Inmigración. Sólo tres, y un poco por encima. Quizás no quiero ahondar más en cada uno. Quizás no sepa qué más contar. ¿Indignado? Un poco, sí. ¿O mucho? No sé tú, Mariano, pero miro alrededor y veo cada vez más pisos en venta, en alquiler, tiendas que cierran, amigos que emigran, pobres por las calles, viajecitos que te miran pidiendo un euro y se te cae la cara de vergüenza o de pena. ¿Qué está pasando, Mariano? Un año, señor Presidente, un año y está la gente revuelta, España en el punto de mira… Quizás sea momento de sentarse y mirar a España. Dejarse de tanto viaje por el Mundo y sentarse en la Moncloa, su señor Palacio, y ver lo que pasa en España. De darse un paseo por la calle, de acercarse al ciudadano para que no lo vean alejado de toda realidad. Porque usted no está alejado de la realidad, ¿o sí? De un paseo, señor Presidente, baje de la nube y de un paseo. Quizás así se entere que la crisis y los recortes no están donde le dicen o le hacen saber. La crisis está en la calle. Y la crisis la sufren las personas que pasean por ella, que viven en ella. Y esas personas y esas calles son nuestra España.

martes, 13 de noviembre de 2012

Ya suena la Internacional...




Ya suena la Internacional. Cándido y Toxo arman filas. Al frente, el empresario, el rico, el Gobierno.

Los rojos se alzan una vez más. La suerte está echada. Han perdido energía después de las últimas batallas, y la ruptura del pacto con los nobles les lleva a armar a las clases obreras. Una vez más, son la carne de cañón. Son la parte perdedora. Sus dirigentes se han cruzado el país para armar de furia a las masas, para explicar la realidad a su manera. Los rojos se alzan. Las partes bajas de la sociedad observan el pasar del tiempo, y la situación no mejora. Es hora de salir y gritar. De correr hacia alguna parte buscando la salida de un mundo que no funciona. No es su culpa. Pero ellos pagan los excesos. Los enseñaron a vivir así, y ahora un golpe duro y seco los machaca y hunde en la miseria. Poco más se puede escurrir. No hay más de dónde sacar. El obrero clama justicia, y se descubren los fraudes y timos de los nobles. Una vergüenza a gran escala. Un ridículo internacional. Las pancartas están preparadas. Los lemas, las consignas, las banderas. Todo está dispuesto en las filas obreras.

Ahí vienen otra vez. Han vuelto a movilizarse. Los empresarios temen por sus negocios, cierran. ¿Hacen huelga? Ellos no, pero si sus empleados la hacen los recortarán el sueldo. Normal, no se trabaja, entonces no se cobra. ¿Opresión hasta qué punto? Están apretando y recortando. Talando derechos sociales y vidas a las que enseñaron a vivir así. Es lo que nos queda. El derroche anterior lo pagan los de ahora. Pero hay mucha oscuridad en sus asuntos. Muchos cabos sin atar. Hay factores que se descubren convirtiéndose en el foco de la ira de la revuelta. Cierto es que antes vivían bien, y que ahora es un palo muy duro. Pero hay cosas que nos ocultan. Hay números que no sabemos. Números que hincharon y que ahora tratan de cuadrar a cuenta de los de abajo. El recorte parece excesivo, y muchos se preguntan ¿dónde está yendo todo eso que se recorta? Las masas se alzan culpando al empresario. El Gobierno dicta unas leyes que favorecen a los suyos. Que favorecen a los nobles. La Iglesia da el visto bueno, Dios así lo quiere. Está en el bando rico, pero más le suplican desde el otro. 

Mientras ambas partes se miran fijamente, silenciosas, una música rompe la calma que precede a una batalla.

Arriba, parias de la Tierra.

En pie, famélica legión.

Atruena la razón en marcha,

es el fin de la opresión.

Del pasado hay que hacer añicos,

legión esclava en pie a vencer,

el mundo va a cambiar de base,

los nada de hoy todo han de ser.

Agrupémonos todos,

en la lucha final.

El género humano

es la internacional.

(bis)

Ni en dioses, reyes ni tribunos,

está el supremo salvador.

Nosotros mismos realicemos

el esfuerzo redentor.

Para hacer que el tirano caiga

y el mundo siervo liberar,

soplemos la potente fragua

que el hombre libre ha de forjar.

Agrupémonos todos,

en la lucha final.

El género humano

es la internacional.

(bis)

La ley nos burla y el Estado

oprime y sangra al productor.

Nos da derechos irrisorios,

no hay deberes del señor.

Basta ya de tutela odiosa,

que la igualdad ley ha de ser,

no más deberes sin derechos,

ningún derecho sin deber.

Agrupémonos todos,

en la lucha final.

El género humano

es la internacional.

(bis).

lunes, 12 de noviembre de 2012

¿El Hobbit fue escrito antes o después de la película?



El monstruo de Disney se hizo con los derechos, hace unos días, de LucasFilm, y nada más comprarla empezó a hablarse de una nueva trilogía de Star Wars. Poco a poco vamos sabiendo algo más de lo que vendrá y ya estamos aguardando cualquier pequeña novedad sobre la séptima entrega, quién hará de Luke, qué habrá de nuevo en la galaxia, si seguirán C3po y R2d2…

Nunca he visto Star Trek. Es una de las tareas pendientes y me pierdo en los números de sus cintas, los títulos y no consigo ordenar la historia para empezar desde el principio. Se prevén muchos datos, un espacio distinto al que inventó George Lucas, y por eso tengo que verlo en orden.

Llega la peli de El Hobbit en diciembre. Ya se van viendo trailers y algún making off de una historia que Peter Jackson convertirá en trilogía. Los que hemos leído los tochos de Tolkien no sabemos cómo lo estructurará, pero dicen que la primera película será fiel al libro y que las dos siguientes son pura invención… veremos el resultado…

Hablan de Spock y de sus mundos, del robot dorado y amariconado de Skywalker y de orcos y hobbits cada tarde en Big Bang Theory. Una serie con cuatro personajes típicamente empollones, científicos y frikis, a los que les robaban el desayuno en la escuela y que temen acercarse a las mujeres. Flipados por las ecuaciones, poco a poco van abriéndose al mundo, y reflejan un mundo lejos de las ñoñerías del Disney Channel y su fábrica de niños prodigio que pronto caen en drogas y depresiones. Niños rotos que la cadena utiliza en sus series de adolescentes norteamericanos lejos de la realidad europea o asiática, donde los niños quieren ser super guays como los de la tele pero que no pueden conseguirlo porque no es así su sociedad. Porque no es así su mundo.

Niños repelentes que usan el móvil de última generación con camarón integrado, capacidad para cientos de canciones y fundas de colores fosforitos. Niños a los que se pretende imitar y que están más pendientes de alguna notificación del wasap o de hacer un vídeo y enviarlo que de su educación. Chavalitos haciéndose los Justin Bieber. Locazas de pantalón ajustado. Chicas artificiales de moda Bershka… Todos juntos en cualquier parque, con unas botellas de alcohol barato y una vomitona horas más tarde…

¡Hay que hacer algo para remediarlo, pero hay que hacerlo ya! ¡Ya! La educación se está yendo de sus manos. La educación se les está escapando. Y a la educación se la escapan estas nuevas generaciones. Los niños quieren ser jóvenes cuanto antes, y Disney, la tele y el móvil hacen que de aquí a un tiempo algunos se pregunten si el libro del Hobbit fue escrito antes o después de la película… ¡Ya! 

viernes, 2 de noviembre de 2012

Somos de pueblo, muy de pueblo


Publicado en DIARIO DE LEÓN 31/10/12.

Somos de pueblo, muy de pueblo. Nos alejamos de grandiosidades y búsquedas de tesoros, de eventos con pompa y crecimiento costero. Somos de interior, tú, que parece que no te das cuenta. Sentimos amor cuando vimos las ovejas por Madrid, qué ricura, una vez al año. Pero nosotros las tenemos a diario. Basta con dar dos zancadas de más desde la Catedral y ves los pocos rebaños que quedan, ahí por esas tierras de los pueblos del alfoz que se queman en verano y que gualdas y abrasadas sucumben a la nieve y abandono un año más.

Somos de pueblo, lo digo y lo veo. Nos alarmamos con un crimen y ponemos el grito en el cielo con cuidado de no pisar un barrio entero, no sea que en la noche de los Santos nos persiga uno vestido de muerte verdadera. Esperamos a que llegue el invierno, como los de Invernalia, y volvemos a salir en la tele porque caen los copos, no porque haya otra cosa mejor que ver. Nos alegramos con historias de cualquier tontorrón y textos como éste que nos hacen caer en la cuenta de que mientras otros estrenan palacios, se visten de gala, reciben al Papa, conservan su aeropuerto, carreras de las que manejan pasta, salidas de vueltas al mundo de ricos, vuelos al extranjero… tienen futuro para sus jóvenes, no ahora, pero al menos empresas e industrias que den algo de trabajo, o inquietudes por defender una identidad de un pueblo, región o historia. Nosotros en cambio ponemos de portada y no hablamos de otra cosa en los bares que de la inauguración de siete kilómetros de los ciento y pico que aún quedan por hacer de una autovía a la ciudad más cercana sin montañas de por medio. Del pobre muchacho que cayó en medio de la Calle Ancha y del día que aguantó cada uno hasta encender la calefacción en casa.

Triste, muy triste, pero somos de pueblo, cazurrones, cabezotas que nos emperramos con cualquier cosa mientras no vemos cómo nos eliminan nuestros recuerdos, tradiciones, historia, pueblos, juntas vecinales y demás identidades… ¡y si nadie lo remedia, nos quitarán hasta las ovejas!