viernes, 17 de julio de 2009

Picio, un portugués y Macarena

Jugando al fútbol y con la lengua fuera, rojo tomate a punto de morado, rebentado de una carrera por ir a coger el balón que había ido fuera, no pensemos que somos algún rico portugués amigo de la Hilton and Co., va un colega y me suelta la historia de Picio. ¡Joder, Olalla, qué historias me cuentas! ¡Reiziger, Carucha Muller, Carlos Tévez, Ferrer… pero no Picio!

Repasando hoy lo vivido, que viene bien hacerlo, repasar lo hablado, buscando lo curioso y tumbado en la cama, con un libro abierto pero sin mirar en él más que el infinito, válgame Pomponio Flato que aún lo retomé anteayer por ciao bella, tutti molto bene, vínome el tío Picio. Y eres más feo que Picio. ¡Y Picio, y Picio, y vine a indagar por Internet quién era Picio!.

Un zapatero de Granada, principios del siglo XIX, Inquisición, pena de muerte, indulto, susto, adiós las cejas, adiós el pelo, susto, qué susto, tumores, retirada en Lanjarón, pañuelo en la cabeza, negativa a entrar en la iglesia, oculto, oscuridad, sólo, muerte.

Pedro de Alarcón, un autor de Guadix, en "El sombrero de tres picos" cita a mediados del siglo del feo, en su capítulo V, que “El tío Lucas era más feo que Picio”.

Suficiente. Más datos que añadir a las curiosidades, y dar respuesta a esas preguntas del trivial más actuales, ¡ja, qué guasa!, el mismo día escuché a los de la mesa de al lado "¿Con quién se la dio Macarena a su novio?"... ¡Ya no saben qué inventar!

Luego volví a la cama, volví al infinito al leer varias veces "Jesús", pensé, qué pena de enciclopedias en papel, seguro que no tenían todo esto… ¡ni el “Respuestas para todo”!.

miércoles, 8 de julio de 2009

Déjate curar por Androcles

Al margen de esta semana de toretes, calóricos rojo-criollos, estafetas de adoquín tratado, vino tinto de otras tierras y riego mañanero para que haya resbalones... anoto la cornada del día de un lobo con nombre Pedro, de la ganadería de los Trapiello, y kilos tomados en la finca leonesa. Habrá que decir que no todo en León es montaña, y si que abarca unas tierras yermas y marrones, de eso que relegamos en favor de un lugar que fué condado, que se comió al león por no curarse él mismo de sus heridas y convivir con sus espinas mirando por la ventana. Déjate curar por Androcles desde la arena y deja de decidir orgulloso sobre tu pasado con tu pulgar sobre mi futuro.

"De las diez putadas gordas que te hayan hecho en tu vida personal o en la cartera, ¿cuántas te las hizo uno de Valladolid y cuántas uno de León?... y de las diez desgracias últimas de las tierras leonesas, ¿cuántas llevan la firma de un político castellano y cuántas la de un cazurro?... Respóndete sinceramente y tendrás algo más claro quién ha de ser tu principal enemigo. Después, si tienes dos dedos de frente y uno de arrestos, deberías arreglar un poco este revuelto de aquí, lo primero, y dejar al menos un rato de cagarte tanto en Pucela o en la «Yunta» endosando así a otros lo tonto y huevazos que eres al dejarte timar y confundir por los tuyos, los de casa, los de tu grada norte de ultrasures. Todo lo demás es política barata, balcón... y loros que piden o merecen perejil, como san Pancracio.

Tampoco arreglarás nada acudiendo (ya maniáticamente) a la Historia muerta a desenterrar sepulcros reales para vestirte con el recamado manto podrido y restaurado que quieras elegir, pues te sobran panteones, despojos y legajos donde tu orgullo podrá dormir la siesta el rato que quieras; y tan campante tú y tan campeador como el Cid de Villasabariego. Puedes también reconstruir justas, sacar templarios en procesión, subir golfos con yelmo a la peana, subvencionar simulacros filandoneros, coger la etnografía por el rábano, el Reino por las hojas y las historias por el perifollo (que viene de perifollar). Haz lo que quieras con las historietas, los ancestros o las tradiciones, revístete con sus trapos, ata en la silla de una mula a Ordoños muertos para que cabalguen de nuevo y metan miedo a nadie, saca banderas y pecho, regodéate en glorias difuntas... y que te cuenten muchos cuentos medievales y fazañas y espadazos y proezas que pudieron ser... y filandonearás lo que te pete hilando y tejiendo patrañas guapas para disfrazarte de lo que no eres... ni serás.

¿Qué es más urgente de contarte: el pasado coloreado o tu futuro en entredicho?... porque los que están contándote pamplinas reales de reinos perdidos son los mismos que han jodido tu porvenir o les ha importado un bledo. Tu futuro ni siquiera está dibujado y el pasado te lo repintan de purpurina.

¿Te va esta marcha... real?... Allá tú."